
Esto va en homenaje palabra ideal (?) para hoy, del libro que no he leído de Richard Yates llamado Once maneras de sentirse solo, son once cuentos que narran vidas poco épicas de la vida estadounidense. Acá once momentos de la vida cotidiana.
1- El primer día de clases en colegio nuevo. Con ocho años y eres el nuevo aninalito del zoo. La profesora no para de hablar y no paras de mirar a tus nuevas compañeras y miras el patio de ese colegio ignoto que va a ser TU COLEGIO y te da una visión mágica. El letrero de la biblioteca se ilumina y pensaba vaya que modernidad. Los recreos de 1989 fueron de su soledad absoluta y de las Hugga Bunch que nunca tuve porque mi madre las consideraba feas y fofas. Yo era de Barbies.
2- Te molestan, no te puedes defender ¿ Qué haces? Le explicas el problema a tu mamá ¿ Qué hace tu madre? Habla con la profesora jefe. Conversan y discuten. Tu madre pierde por goleada. Llega furia, no la soporta a la vieja. Si esto fuera una película de Hallmark haria una protesta para expulsarla o si fueran otras las circunstancias la insultaria y la golpearía. Quedas peor tus siguen hueveando y quedas como loca.
3- Muchos dicen que el colegio se compensa con las amigas. En mi caso no fue así. Tenían pero sus leyes eran dignas de secta. A la menor provocación hacían la ley del hielo. Quedaba sola y los días eran eternos. Nunca fui a lo de mi hermana que me ayudara. Primero estaba en cuarto medio y su vida era harto más entrenida y temía que todo se tornase peor.
4- Una pendeja de tu edad te domina a hacer algo que no deseas pero no puedes hacer nada. La única salida sería escapar del colegio, pero eso serían problemas y tienes nueve años. La otra no tiene mejor idea que meternos a la clase del cuarto A a la clase de la miss que me hizo la vida imposible el año pasado. No tienes reloj y lo único que esperas es arrancar lejos.
5- Es el verano del 91 y VDM está nublado como siempre. Pero hay un problema no te sientes bien. No es dolor de cabeza, ni gripe, ni resfrío ni dolor de garganta. Es algo que suena terrorífico te duelen las costillas, pero no te has caido. Temes lo peor y no le cuentas a tu mamá. Siento que mis costillas están oxidadas con miucho sarro. Estoy acostado en la cama de mis padres y me hago la loca.
6- Este recuerdo afloró después de 21 años! Dioc. Era el apogeo de Miss 17 y los concursos de belleza estaban aún en su apogeo. Las taradas de mis compañeras para capear clases y con la venia de la profesora hicieron la réplica de miss cuarto C. Todas debíamos votar por una candidata con papel y lápiz. Me recuerdo y el sudor frío recorre por mi espalda de nuevo. No sabía a quien mierda votar y todas pasaban muy campantes sus votos. La desesperación fue mi arma como muchas veces y escribí la loca. ¿ Qué fue eso? No era la más linda, aparte esa wea de encontrar linda a tu compañera de curso a los 9 años qué onda. Ella era la que más hablaba y no era pesada. Bueno, hicieron el conteo de votos tal cual como en las votaciones para presidente. Y la que más votos tenía era la Pachi tan linda ella decían las de mi curso y salió mi voto y dijieron la loca me quería enterrar viva. Al ganó la Pachi por afano y le hicieron una corona de papel. Y al final tuve que explicar mi voto toda una #derrotacultural.
7- Los recreos en soledad. Para evitar iba a la librería hasta quinto básico y estaban las revistas del colegio en los 80, me las devoraba, leía las semblanzas. Eran una especie de Cosas ( aún no las compraba) y evité hartos malos ratos. Pero eso era triste.
8- En otro colegio y ya adolescente tuve la buena idea de decir que veía televisión argentina. Not a good idea. Estaba calentito el tema de la Laguna del Desierto y ahora estaba el drama de los Campos de Hielo. Pelaban a la Concerta por ser blanda y le chupaban el pico a más no poder al Tata ( nunca supieron que era anti derecha) Eso hubiera sido para 25 kinds of loneliness. En fin, era como ponerles un ají en la raja cada vez que hablaba algo pro argentina. Pero iban a Bs As. Linda la wea.
9- Cuando te gusta un compañero en la universidad y todavía no sabes en quién confiar para hablarlo. El sentido común te dice no le digas a nadie porque alguien le va a decir y el weon se va creer el centro del mundo. Actúas indeferente, pero estás cagada un poco por dentro. Pero el gran golpe sucede cuando pololea con una compañera tuya y el día se te hace eterno y eso que sales tipo cuatro. Para llorar
10- Son las dos de la mañana y te baja la angustia existencial por el futuro. De ahí a la crisis de pánico un paso. Necesitas ayuda de manera desesperada y no vas a molestar a nadie porque todos necesitan dormir.
11- Estar buscando libros y que tu acompañante ni te pesque. Pero aprendi. Mejor hacerlo sola. Y es estupendo.